LA COHESIÓN DE LOS EQUIPOS
A través de los valores del deporte
Para mí el basket ha sido un modo de vida. Un lugar de encuentro donde crecer, superarme y disfrutar con mis compañeros de equipo. En mi experiencia tanto en España como en Guinea Ecuatorial he constatado que, en las escuelas de baloncesto por encima de la cultura, procedencia o nivel económico de los chicos y chicas, prevalecen los valores como la libertad, la diversión, el respeto, la honestidad, el compañerismo y la responsabilidad.
Considero que los valores son lo más importante en el deporte, en la empresa y en la vida. Nunca he concebido el “ganar de cualquier manera” y menos con jugadores jóvenes en categorías de formación, donde la actitud lo es casi todo dentro y fuera de la pista.
David A. Wheten y Kim S. Cameron, autores del libro 'Desarrollo de habilidades directivas', definen los valores como "la base de nuestros comportamientos, que seamos conscientes o no, condicionan cualquier actitud que adoptemos... Una buena parte de nuestros valores los adoptamos en los primeros años de vida durante nuestro proceso de socialización primario, luego se desarrollan a lo largo de la vida y definen nuestra moralidad y nuestra forma de pensar sobre lo que es bueno o malo".
Nuestros triunfos son inútiles sino ayudan a crecer y mejorar a nuestro equipo. Como responsables de equipos no debemos actuar de forma deshonesta y egoísta, dispuestos a pasar por encima de todo, utilizando al equipo para nuestros propios fines. (Seguro que os viene a la cabeza algún entrenador o jefe con este perfil). Nuestra misión principal debe ser lograr la cohesión de nuestro equipo, convirtiéndolo en un equipo poderoso, solidario, responsable, en el que sus miembros confíen los unos en los otros. Y para lograrlo no hay mejores herramientas que los valores.
Según mi experiencia los principales valores para lograr la cohesión de un equipo deportivo o laboral son éstos:
La diversión.-
El rendimiento en el trabajo está directamente relacionado con el disfrute durante la realización de las tareas. Y en el deporte disfrutar es un principio básico. No debemos concebir el deporte sin diversión, sería ir en contra de sus orígenes. Debemos entender la diversión en el deporte como un derecho irrenunciable. Incluso muchos jugadores profesionales afirman que la clave para mantenerse al máximo nivel es seguir disfrutando de los entrenamientos diarios.
La autodisciplina.-
La autodisciplina es un compromiso personal e incondicional de superación ante las adversidades para mejorar y crecer. La autodisciplina es un sacrificio extra, es el “precio a pagar” para alcanzar grandes metas.
Recuerdo una tarde en la escuela de basket que tenía en Sant Pere de Ribes, que los chicos de categoría pre-minibasket estaban revolucionados y eran incapaces de concentrarse en los ejercicios del entrenamiento. Entonces les propuse un trato, les dije que les daba tres minutos libres para hacer lo que quisieran (menos hacerse daño, evidentemente) a cambio de que, transcurridos los tres minutos tenían volver a concentrarse y entrenar con más ganas. Era un espectáculo digno de ver. Todos corrían por todas partes, gritaban y daban saltos como locos excepto uno… Roger que se quedó practicando su tiro tranquilamente ajeno al descontrol. Durante los años siguientes continuó progresando, mantuvo esa actitud y acabó fichando por el Club Básquet Samá de Vilanova. Autodisciplina también es hacer las cosas bien cuando nadie nos está mirando.
Toni Nadal, tío y ex entrenador del tenista Rafa Nadal inculcó en su pupilo un alto grado de autodisciplina y responsabilidad. Le hacía ver que, para ganar a rivales mucho más técnicos que él tenía que jugar con más ilusión y disputar cada punto como si fuera el último. Le obligaba a entrenar en malas condiciones convencido de que su carácter se fortalecería con la dificultad y cuando Rafa se quejaba del estado de las bolas o de la temperatura ambiental, le recordaba que ninguna excusa le había hecho ganar un partido. Años más tarde Rafa declaró: "A lo único que aspiro es a no irme de la pista con la sensación de que no he hecho todo lo posible para cambiar la situación. Incluso cuando mi rival está jugando mejor que Yo disfruto buscando una solución e intentado generar nuevas opciones."
Enseñar autodisciplina no es muy común, en pocos ámbitos se enseña, pero es un valor determinante que nos acompañará durante toda nuestra vida.
La coherencia.-
El responsable del equipo debe establecer unas metas claras, compartidas o consensuadas, cuantificables, positivas, alcanzables y planificadas. Tiene que haber sincronía entre estas metas y los principios o creencias de cada integrante del equipo. Si uno de estos aspectos se contradice los miembros del equipo se sentirán frustrados. Además, el entrenador o jefe del equipo debe predicar con el ejemplo y ser el primero en mostrar coherencia entre lo que dice y lo que hace.
El Respeto.-
Todos los miembros del equipo deben respetar las normas establecidas, convencidos de que éstas buscan el bien común. Los componentes del equipo deben entender que nadie es más importante que el equipo, mostrarse fieles a los ideales del equipo y relacionarse con todos sus compañeros por igual.
La amistad y la cooperación.-
Las personas deben poner su talento a disposición del equipo. Agradecer el esfuerzo, disculparse, crear rituales que fomenten la unión, colaborar, mostrar humildad, animar y elogiar a los demás. Esos factores fortalecen los vínculos del equipo y aumentan la implicación de sus miembros.
El responsable del equipo debe conocer las inquietudes de cada uno de sus jugadores y sus diversas formas de gestionar las adversidades (estrés, bloqueos emocionales, conflictos internos…), fomentar la empatía y las relaciones de igual a igual, respetar la antigüedad de sus componentes y asegurarse de que nadie se sienta excluido y todos los jugadores sumen activamente. Yo aconsejo buscar el asesoramiento de un psicólogo a deportivo y de alguien especializado en técnicas de meditación y gestión emocional.
La actitud de 'lucha conjunta' es clave para alcanzar el máximo rendimiento del equipo.
Un momento ideal para compartir nuestros talentos es antes o después de los entrenamientos. Cuando jugaba en el equipo de básquet del R.C. D. Español el jugador americano Víctor Anger nos enseñaba nuevas técnicas. Víctor fue el jugador más versátil que tuve como compañero. Además de tener una técnica individual exquisita, driblaba y tiraba a media distancia eficazmente con las dos manos por igual. Jugaba de pivot, pero cuando se colocaba en el alero, se iba de su defensor con una facilidad pasmosa. También recuerdo que el entrenador Guifré Gol, organizaba entrenos voluntarios para enseñarnos movimientos de técnica individual de varias estrellas de la NBA, que más tarde, con mayor o menor acierto, practicábamos entre nosotros. Son momentos entrañables de mucho esfuerzo y humor que todavía recuerdo con gran cariño.
En mi opinión, la clave para alcanzar un alto grado de cohesión en nuestro equipo es establecer unas metas claras, compartidas, cuantificables, positivas, alcanzables y planificadas que nos permitan disfrutar, superar nuestros límites, actuar coherentemente y fomentar la cooperación y el respeto entre los miembros del equipo.